Paranoias

viernes, 11 de julio de 2008


ÁRBOL


Yo te soñé, invisible majestadque planea por la faz de todas las cosas.Arraigado en el dolor de la ceniza,un hombre tan sólo, te llevaba, sepulcro,padre muerto, dentro de mí, en silencio,y te llamaba con palabras de vientode antiguos milenarios, que la ira encienden.Nunca respondiste al clamor y me dejabasen el miedo a la noche, fuego secreto, alta llama,árbol Dios en la noche.

Salvador Espriu

Caminando por un parque, empece a leer los paneles de informacio y embede informacion me encontre poemas, poemas de Salvador Espriu un gran poeta catalan... muy reconocido.

Salvador Espriu

viernes, 4 de julio de 2008

Volver

Me encontre encerrado dentro de una libertad infernal, sin ordenador ni camara....
Nose que podia ser peor, pero habían buenos momentos que los grabe en la memoria y que de alli no saldran. La mitad de las veces no pude dejar de pensar en lo que me esperaba dentro del ordenador, y me encontre con poco. Me di cuenta que el tiempo es una hoja en blanco que rapidamente se va mojando de tinta negra hasta que no queda nada blanco solo negro, para despues mirar y pensar que te quedaste mirando la hoja viendo como se empapaba de tinta negra y que el tiempo volo. Por fin puede sentirme libre y lo hice ... solo falta recordar los momentos y nunca olvidarlos.



Un artista que conoci en casa de mi hermano que me apasiono



Joan Josep Tharrats











vida en wikipedia

lunes, 19 de mayo de 2008

HOy

Dia muy apasionado en la playa. Ir caminando desde la barceloneta hasta plaza España cuesta lo suyo pero yo lo hice, y estoy muerto.


me quitaron la camara no podre sacar mas fotos durante un mes.. =(


las ultimas fotos que hice y me dio tiempo de pasar

Aqui os dejo las fotos



Esta personalmente la odio estan destruyendo la playa para hacer un hotel
...

domingo, 18 de mayo de 2008

No se lo que me pasa

Me fui caminando hasta montjuic y me di cuenta de que me enamore de una cara, no conozco ni siquiera a esa persona, pero es su mirada, su aspecto, su cara, su luz la que me deslumbra, y cuento estaba en la montaña no pude dejar de pensar en ella, o mejor dicho en su fotografía. A la gente le pasa muchas veces eso, pero creo que a mi nunca me había pasado antes nada parecido, me estoy enamorando de algo que jamás, jamás podre conocer, y me duele.


Desearía poder sentarme en esos bancos contigo y mirar como pasan los coches sin pensar en la lejanía que nos rodea, quiero poder mirar a esos dos globos hermosos para nuca más volver a ver y recordar solamente tus ojos.










Entonces dejo de soñar y vuelvo a la realidad, tu no estas !! Cuesta admitir el dolor de vivir, no te conozco pero lo deseo hacer, no se como ni porque solo se que tengo que verte de una vez








jueves, 1 de mayo de 2008

Barcelona 2

Hermoso día, en la playa, y en muntjuic



Fin

miércoles, 30 de abril de 2008

Quisiera ....

La tierra es un gran regalo, y tenemos que cuidarla. A veces las respuestas en si están en la misma naturaleza.

Por ejemplo, sin el sol no existiríamos , una gran bola de fuego que aguanta todos los planetas, nos da vida, sin el no habría oxigeno ni plantas ni nada, un vació. Alguien se imagina una vida sin sol, yo no podría.

(Eso me recuerda a un capitulo de los simpson, en que el señor Burns tapa el sol...)


Pensad esto:

¿que seriamos sin el sol?
¿sol es tan importante como la creencia de un ser superior, o en si el es el ser superior?

me voy, arriba deje una cancion que me encanta

Barcelona ( imagenes)

Enfrente de mi colegio( una vista triste y lluviosa)


El parque detras de mi casa
Un arbol.. pero de barcelona
muntjuic, apunto de irse el sol

Musica

El otro dia paseaba por internet buscando cosas, y derepente me encontre una pagina web en que puedes escuchar musica, ya se que hay muchas, pero es me gusto por su aspecto y comodidad que tiene para escuchar musica, es como youtube, esta en castellano y en varios idiomas a mi megusto mucho personalmente ( Musica online )

Espero que os guste la pagina,
me voy escuchando Nirvana

miércoles, 23 de abril de 2008

Sant Jordi

Hoy era un dia perfecto para reflexionar sobre todo en el mundo, ayer me pase un poco de la raya pero hoy recupere todas mis ideas y creo que para mejor.

Pude ver que lo que me pasa es una necesidad mas k un amor y lo pude ver gracias a mi hermano que siempre me apoya, lo malo de todo es que duele reconocer una verdad y que a veces se hace muy pesada para cuaquier ser humano en la tierra, puedo saber lo que nos pasa tambien nos abre muchas puertas.

La gente piensa que la maria es una droga, pero a veces es una necesidad para saber lo que buscas para reflexionar para abrirte y no es adictiva.

Me siento solo sin ella, pero veo que solo es una necesidad....

La palabra es necesidad.





Barcelona, un dia perfecto para reflexionar.

martes, 22 de abril de 2008

Los Diarios de Kurt Cobain

Kien Kiera estediario de Kurt Cobain solo tiene que entrar en esta pagina:

http://www.esnips.com/nsdoc/bf6e547c-7877-4a26-a63f-3ee0d6dcb80d

Es Gratis !!

Solo para fanáticos de nirvana



Todo termino

Todo era ta bonito pero termino




This is the end
Beautiful friend
This is the end
My only friend, the end

Of our elaborate plans, the end
Of everything that stands the end
No safety or surprise, the end
I’ll never look into your eyes…..again

Can you picture what will be
So limitless and free
Desesperately in need…..of some….
stranger’s hand
In a…..desperate land?

Lost in a roman…..wilderness of pain
And all children’s are insane
Waiting for the summer rain, yeah

There’s danger on the edge of town
Ride the king’s highway, baby
Weird scenes inside the gold mine
Ride the highway west, baby

Ride the snake, ride the snake
To the lake, the ancient lake, baby
The snake is long, seven miles
Ride the snake……he’s old, and his skin is cold

The west is the best
The west is the best
Get here, and we’ll do the rest

The blue bus is calling´ us
The blue bus is calling´ us
Driver, where you taken´ us

The killer awoke before dawn,
he put his boots on

He took a face from the ancient gallery
And he walked on down the hall
He went into the room
where his sister lived,
and… then he

Paid a visit to his brother, and then he
He walked on down the hall
And the came to a door…and the locked inside
Father, yes son, I want kill you
Mother….I want to….fuck you

Come on baby, take a chance with us
And meet me at the back of the blues bus
Doing´ an a blue rock come on, yeah

Kill, kill, kill, kill, kill, kill

This is the end


Castellano



Este es fin
Hermoso amigo
Este es el fin
Mi único amigo el fin

De nuestros elaborados planes, el fin
De todo lo que permanece, el fin
Sin seguridad o sorpresa, el fin
Nunca miraré en tus ojos……..otra vez

¿Puedes proyectar lo que será
tan ilimitado y libre
Necesitando desesperadamente de una
mano extraña
En una tierra desesperada?

Perdidos en un desierto romano de dolor
Y todos los niños son insanos
Esperando por la lluvia veraniega, si

Hay peligro en las afueras del pueblo
Recorre la autopista del rey, nena
Extrañas escenas dentro de la mina de oro
Recorre la autopista hacia el oeste, nena

Monta la serpiente
Hacia el lago, el lago anciano, nena
La serpiente es larga, siete millas
Monta la serpiente……..es vieja, y su piel es fría

El oeste es mejor
El oeste es mejor
Ven aquí y nosotros haremos el resto

El autobús azul esta llamándonos
El autobús azul esta llamándonos
Conductor, ¿a donde nos lleva?

El asesino despertó antes de que amaneciera
Se puso las botas

Tomó un rostro de la antigua galería
Y avanzo por el pasillo
Fue al cuarto
donde vivía su hermana
Y…….entonces él

Visitó a su hermano, y entonces él
Avanzó por el pasillo
Y llegó hasta una puerta…….y miró adentro
Padre, ¿si hijo?, quiero matarte
Madre…..quiero….cogerte

Vamos nena, date una oportunidad con nosotros
Y encuéntrame detrás del autobús
Haciendo una piedra azul

Matar, matar, matar, matar, matar, matar

Este es el fin

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Enorme final, no se si alegrarme o entristecerme, estoy confuso y no quiero estar lo quiero tener las cosas claras pero nadie me comprende. Solo mis amigos me apoyan mi madre,es que ya no se lo que hace mi madre en mi vida.

Estoy muy confuso...

lunes, 21 de abril de 2008

La vida tiene sentido ?

A veces dudo si lo que hago tiene sentido, todo al final acaba o te cansa, nada tiene sentido. Dudo si quiero seguir con el camino que tome o que si de verdad me interesa este camino o es solo un sueño que persigo sin fin de verlo. Todo es dudoso y complicado pero de verdad hay que seguir un camino que no quieres. La gente se lo pasa bien y esta al mismo nivel que yo, ¡que me pasa? No puedo seguir con ese dolor interior de no poder decir las cosas, de tener miedo a lo que va a pasar, hay que seguir el camino que decidas y nunca irte por las ramas. Es fácil decirlo pero no hacerlo. Todos sufrirán si tu sufres, deja de sufrir para que los demás no sufran, aunque igual lo hacen. Mañana toca charla, mas o menos se de que va todo, pero me quiero precipitar, alomejor saco una idea que no es la que ella piensa, no obstante tengo k decírselo sino me pudriré por dentro hasta que todo salga de golpe y duela mas.

Me da ganas de llorar pero es verdad todo es incoherente y no me gusta.

The sleeper

THE SLEEPER

by Edgar Allan Poe

1831




At midnight, in the month of June, I stand beneath the mystic moon. An opiate vapor, dewy, dim, Exhales from out her golden rim, And, softly dripping, drop by drop, Upon the quiet mountain top, Steals drowsily and musically Into the universal valley. The rosemary nods upon the grave; The lily lolls upon the wave; Wrapping the fog about its breast, The ruin molders into rest; Looking like Lethe, see! the lake A conscious slumber seems to take, And would not, for the world, awake. All Beauty sleeps!–and lo! where lies Irene, with her Destinies!
O, lady bright! can it be right- This window open to the night? The wanton airs, from the tree-top, Laughingly through the lattice drop- The bodiless airs, a wizard rout, Flit through thy chamber in and out, And wave the curtain canopy So fitfully–so fearfully- Above the closed and fringed lid 'Neath which thy slumb'ring soul lies hid, That, o'er the floor and down the wall, Like ghosts the shadows rise and fall! Oh, lady dear, hast thou no fear? Why and what art thou dreaming here? Sure thou art come O'er far-off seas, A wonder to these garden trees! Strange is thy pallor! strange thy dress, Strange, above all, thy length of tress, And this all solemn silentness!
The lady sleeps! Oh, may her sleep, Which is enduring, so be deep! Heaven have her in its sacred keep! This chamber changed for one more holy, This bed for one more melancholy, I pray to God that she may lie For ever with unopened eye, While the pale sheeted ghosts go by!
My love, she sleeps! Oh, may her sleep As it is lasting, so be deep! Soft may the worms about her creep! Far in the forest, dim and old, For her may some tall vault unfold- Some vault that oft has flung its black And winged panels fluttering back, Triumphant, o'er the crested palls, Of her grand family funerals- Some sepulchre, remote, alone, Against whose portal she hath thrown, In childhood, many an idle stone- Some tomb from out whose sounding door She ne'er shall force an echo more, Thrilling to think, poor child of sin! It was the dead who groaned within.

A dream whitin a dream

A DREAM WITHIN A DREAM

by Edgar Allan Poe

1827


Take this kiss upon the brow! And, in parting from you now, Thus much let me avow- You are not wrong, who deem That my days have been a dream; Yet if hope has flown away In a night, or in a day, In a vision, or in none, Is it therefore the less gone? All that we see or seem Is but a dream within a dream.
I stand amid the roar Of a surf-tormented shore, And I hold within my hand Grains of the golden sand- How few! yet how they creep Through my fingers to the deep, While I weep–while I weep! O God! can I not grasp Them with a tighter clasp? O God! can I not save One from the pitiless wave? Is all that we see or seem But a dream within a dream?




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jueves, 13 de marzo de 2008

El poder de las palabras


Oinos.—Perdona, Agathos, la flaqueza de un espíritu al que acaban de brotarle las alas de la inmortalidad.
Agathos.—Nada has dicho, Oinos mío, que requiera ser perdonado. Ni siquiera aquí el conocimiento es cosa de intuición. En cuanto a la sabiduría, pide sin reserva a los ángeles que te sea concedida.
Oinos. —Pero yo imaginé que en esta existencia todo me sería dado a conocer al mismo tiempo, y que alcanzaría así la felicidad por conocerlo todo.
Agathos.—¡Ah, la felicidad no está en el conocimiento, sino en su adquisición! La beatitud eterna consiste en saber más y más; pero saberlo todo sería la maldición de un demonio.
Oinos.—El Altísimo, ¿no lo sabe todo?
Agathos.—Eso (puesto que es el Muy Bienaventurado) debe ser aún la única cosa desconocida hasta para Él.
Oinos. —Sin embargo, puesto que nuestro saber aumenta de hora en hora, ¿no llegarán por fin a ser conocidas todas las cosas?
Agathos.—¡Contempla las distancias abismales! Trata de hacer llegar tu mirada a la múltiple perspectiva de las estrellas, mientras erramos lentamente entre ellas... ¡Más allá, siempre más allá! Aun la visión espiritual, ¿no se ve detenida por las continuas paredes de oro del universo, las paredes constituidas por las miríadas de esos resplandecientes cuerpos que el mero número parece amalgamar en una unidad?
Oinos.—Claramente percibo que la infinitud de la materia no es un sueño.
Agathos.—No hay sueños en el Aidenn3, pero se susurra aquí que la única finalidad de esta infinitud de materia es la de proporcionar infinitas fuentes donde el alma pueda calmar la sed de saber que jamás se agotará en ella, ya que agotarla sería extinguir el alma misma. Interrógame, pues, Oinos mío, libremente y sin temor. ¡Ven!, dejaremos a nuestra izquierda la intensa armonía de las Pléyades, lanzándonos más allá del trono a las estrelladas praderas allende Orión, donde, en lugar de violetas, pensamientos y trinitarias, hallaremos macizos de soles triples y tricolores.
Oinos.—Y ahora, Agathos, mientras avanzamos, instrúyeme. ¡Háblame con los acentos familiares de la tierra! No he comprendido lo que acabas de insinuar sobre los modos o los procedimientos de aquello que, mientras éramos mortales, estábamos habituados a llamar Creación. ¿Quieres decir que el Creador no es Dios?
Agathos. —Quiero decir que la Deidad no crea.
Oinos.—¡Explícate!
Agathos.—Solamente creó en el comienzo. Las aparentes criaturas que en el universo surgen ahora perpetuamente a la existencia sólo pueden ser consideradas como el resultado mediato o indirecto, no como el resultado directo o inmediato del poder creador divino.
Oinos. —Entre los hombres, Agathos mío, esta idea sería considerada altamente herética.
Agathos. —Entre los ángeles, Oinos mío, se sabe que es sencillamente la verdad.
Oinos.—Alcanzo a comprenderte hasta este punto: que ciertas operaciones de lo quedenominamos Naturaleza o leyes naturales darán lugar, bajo ciertas condiciones, a aquello que tiene todas las apariencias de creación. Muy poco antes de la destrucción final de la tierra recuerdo que se habían efectuado afortunados experimentos, que algunos filósofos denominaron torpemente creación de animálculos.
Agathos.—Los casos de que hablas fueron ejemplos de creación secundaria, de la única especie de creación que hubo jamás desde que la primera palabra dio existencia a la primera ley.
Oinos.—Los mundos estrellados que surgen hora a hora en los cielos, procedentes de los abismos del no ser, ¿no son, Agathos, la obra inmediata de la mano del Rey?
Agathos—Permíteme, Oinos, que trate de llevarte paso a paso a la concepción a que aludo. Bien sabes que, así como ningún pensamiento perece, todo acto determina infinitos resultados. Movíamos las manos, por ejemplo, cuando éramos moradores de la tierra, y al hacerlo hacíamos vibrar la atmósfera que las rodeaba. La vibración se extendía indefinidamente hasta impulsar cada partícula del aire de la tierra, que desde entonces y para siempre era animado por aquel único movimiento de la mano. Los matemáticos de nuestro globo conocían bien este hecho. Sometieron a cálculos exactos los efectos producidos por el fluido por impulsos especiales, hasta que les fue fácil determinar en qué preciso período un impulso de determinada extensión rodearía el globo, influyendo (para siempre) en cada átomo de la atmósfera circundante. Retrogradando, no tuvieron dificultad en determinar el valor del impulso original partiendo de un efecto dado bajo condiciones determinadas. Ahora bien, los matemáticos que vieron que los resultados de cualquier impulso dado eran interminables, y que una parte de dichos resultados podía medirse gracias al análisis algebraico, así como que la retrogradación no ofrecía dificultad, vieron al mismo tiempo que este análisis poseía en sí mismo la capacidad de un avance indefinido; que no existían límites concebibles a su avance y aplicabilidad, salvo en el intelecto de aquel que lo hacía avanzar o lo aplicaba. Pero en este punto nuestros matemáticos se detuvieron.
Oinos.—¿Y por qué, Agathos, hubieran debido continuar?
Agathos. —Porque había, más allá, consideraciones del más profundo interés. De lo que sabían era posible deducir que un ser de una inteligencia infinita, para quien la perfección del análisis algebraico no guardara secretos, podría seguir sin dificultad cada impulso dado al aire, y al éter a través del aire, hasta sus remotas consecuencias en las épocas más infinitamente remotas. Puede, ciertamente, demostrarse que cada uno de estos impulsos dados al aire influyen sobre cada cosa individual existente en el universo, y ese ser de infinita inteligencia que hemos imaginado, podría seguir las remotas ondulaciones del impulso, seguirlo hacia arriba y adelante en sus influencias sobre todas las partículas de toda la materia, hacia arriba y adelante, para siempre en sus modificaciones de las formas antiguas; o, en otras palabras, en sus nuevas creaciones... hasta que lo encontrara, regresando como un reflejo, después de haber chocado —pero esta vez sin influir— en el trono de la Divinidad. Y no sólo podría hacer eso un ser semejante, sino que en cualquier época, dado un cierto resultado (supongamos que se ofreciera a su análisis uno de esos innumerables cometas), no tendría dificultad en determinar, por retrogradación analítica, a qué impulso original se debía. Este poder de retrogradación en su plenitud y perfección absolutas, esta facultad de relacionar en cualquier época, cualquier efecto a cualquier causa, es por supuesto prerrogativa única de la Divinidad; pero en sus restantes y múltiples grados, inferiores a la perfección absoluta, ese mismo poder es ejercido por todas las huestes de las inteligencias angélicas.
Oinos.—Pero tú hablas tan sólo de impulsos en el aire.
Agathos.—Al hablar del aire me refería meramente a la tierra, pero mi afirmación general se refiere a los impulsos en el éter, que, al penetrar, y ser el único que penetra todo el espacio, es así el gran medio de la creación.
Oinos.—Entonces, ¿todo movimiento, de cualquier naturaleza, crea?
Agathos.—Así debe ser; pero una filosofía verdadera ha enseñado hace mucho que la fuente de todo movimiento es el pensamiento, y que la fuente de todo pensamiento es...
Oinos. —Dios.
Agathos.—Te he hablado, Oinos, como a una criatura de la hermosa tierra que pereció hace poco, de impulsos sobre la atmósfera de esa tierra.
Oinos. —Sí.
Agathos.—Y mientras así hablaba, ¿no cruzó por tu mente algún pensamiento sobre el poder físico de las palabras? Cada palabra, ¿no es un impulso en el aire?
Oinos. —¿Pero por qué lloras, Agathos... y por qué, por qué tus alas se pliegan mientras nos cernimos sobre esa hermosa estrella, la más verde y, sin embargo, la más terrible que hemos encontrado en nuestro vuelo? Sus brillantes flores parecen un sueño de hadas... pero sus fieros volcanes semejan las pasiones de un turbulento corazón.
Agathos.—¡Y así es... así es! Esta estrella tan extraña... hace tres siglos que, juntas las manos y arrasados los ojos, a los pies de mi amada, la hice nacer con mis frases apasionadas. ¡Sus brillantes flores son mis más queridos sueños no realizados, y sus furiosos volcanes son las pasiones del más turbulento e impío corazón!

Edgar Allan Poe

Silencio

Ευδουσιν δ’ όρκων κορυφαˆ τε καˆ φαράγες
Πρώονες τε καˆ χαράδραι
(Las crestas montañosas duermen; los valles, los riscos y las grutas están en silencio.)
(ALCMÁN [60(10),646])

Escúchame —dijo el Demonio, apoyando la mano en mi cabeza—. La región de que hablo es una lúgubre región en Libia, a orillas del río Zaire. Y allá no hay ni calma ni silencio.
Las aguas del río están teñidas de un matiz azafranado y enfermizo, y no fluyen hacia el mar, sino que palpitan por siempre bajo el ojo purpúreo del sol, con un movimiento tumultuoso y convulsivo. A lo largo de muchas millas, a ambos lados del legamoso lecho del río, se tiende un pálido desierto de gigantescos nenúfares. Suspiran entre sí en esa soledad y tienden hacia el cielo sus largos y pálidos cuellos, mientras inclinan a un lado y otro sus cabezas sempiternas. Y un rumor indistinto se levanta de ellos, como el correr del agua subterránea. Y suspiran entre sí.
Pero su reino tiene un límite, el límite de la oscura, horrible, majestuosa floresta. Allí, como las olas en las Hébridas, la maleza se agita continuamente. Pero ningún viento surca el cielo. Y los altos árboles primitivos oscilan eternamente de un lado a otro con un potente resonar. Y de sus altas copas se filtran, gota a gota, rocíos eternos. Y en sus raíces se retuercen, en un inquieto sueño, extrañas flores venenosas. Y en lo alto, con un agudo sonido susurrante, las nubes grises corren por siempre hacia el oeste, hasta rodar en cataratas sobre las ígneas paredes del horizonte. Pero ningún viento surca el cielo. Y en las orillas del río Zaire no hay ni calma ni silencio.
Era de noche y llovía, y al caer era lluvia, pero después de caída era sangre. Y yo estaba en la marisma entre los altos nenúfares, y la lluvia caía en mi cabeza, y los nenúfares suspiraban entre sí en la solemnidad de su desolación.
Y de improviso levantóse la luna a través de la fina niebla espectral y su color era carmesí. Y mis ojos se posaron en una enorme roca gris que se alzaba a la orilla del río, iluminada por la luz de la luna. Y la roca era gris, y espectral, y alta; y la roca era gris. En su faz había caracteres grabados en la piedra, y yo anduve por la marisma de nenúfares hasta acercarme a la orilla, para leer los caracteres en la piedra. Pero no pude descifrarlos. Y me volvía a la marisma cuando la luna brilló con un rojo más intenso, y al volverme y mirar otra vez hacia la roca y los caracteres vi que los caracteres decían DESOLACIÓN.
Y miré hacia arriba y en lo alto de la roca había un hombre, y me oculté entre los nenúfares para observar lo que hacía aquel hombre. Y el hombre era alto y majestuoso y estaba cubierto desde los hombros a los pies con la toga de la antigua Roma. Y su silueta era indistinta, pero sus facciones eran las facciones de una deidad, porque el palio de la noche, y la luna, y la niebla, y el rocío, habían dejado al descubierto las facciones de su cara. Y su frente era alta y pensativa, y sus ojos brillaban de preocupación; y en las escasas
arrugas de sus mejillas leí las fábulas de la tristeza, del cansancio, del disgusto de la humanidad, y el anhelo de estar solo.
Y el hombre se sentó en la roca, apoyó la cabeza en la mano y contempló la desolación. Miró los inquietos matorrales, y los altos árboles primitivos, y más arriba el susurrante cielo, y la luna carmesí. Y yo me mantuve al abrigo de los nenúfares, observando las acciones de aquel hombre. Y el hombre tembló en la soledad, pero la noche transcurría, y él continuaba sentado en la roca.
Y el hombre distrajo su atención del cielo y miró hacia el melancólico río Zaire y las amarillas, siniestras aguas y las pálidas legiones de nenúfares. Y el hombre escuchó los suspiros de los nenúfares y el murmullo que nacía de ellos. Y yo me mantenía oculto y observaba las acciones de aquel hombre. Y el hombre tembló en la soledad; pero la noche transcurría y él continuaba sentado en la roca.
Entonces me sumí en las profundidades de la marisma, vadeando a través de la soledad de los nenúfares, y llamé a los hipopótamos que moran entre los pantanos en las profundidades de la marisma. Y los hipopótamos oyeron mi llamada y vinieron con los behemot al pie de la roca y rugieron sonora y terriblemente bajo la luna. Y yo me mantenía oculto y observaba las acciones de aquel hombre. Y el hombre tembló en la soledad; pero la noche transcurría y él continuaba sentado en la roca.
Entonces maldije los elementos con la maldición del tumulto, y una espantosa tempestad se congregó en el cielo, donde antes no había viento. Y el cielo se tornó lívido con la violencia de la tempestad, y la lluvia azotó la cabeza del hombre, y las aguas del río se desbordaron, y el río atormentado se cubría de espuma, y los nenúfares alzaban clamores, y la floresta se desmoronaba ante el viento, y rodaba el trueno, y caía el rayo, y la roca vacilaba en sus cimientos. Y yo me mantenía oculto y observaba las acciones de aquel hombre. Y el hombre tembló en la soledad; pero la noche transcurría y él continuaba sentado.
Entonces me encolericé y maldije, con la maldición del silencio, el río y los nenúfares y el viento y la floresta y el cielo y el trueno y los suspiros de los nenúfares. Y quedaron malditos y se callaron. Y la luna cesó de trepar hacia el cielo, y el trueno murió, y el rayo no tuvo ya luz, y las nubes se suspendieron inmóviles, y las aguas bajaron a su nivel y se estacionaron, y los árboles dejaron de balancearse, y los nenúfares ya no suspiraron y no se oyó más el murmullo que nacía de ellos, ni la menor sombra de sonido en todo el vasto desierto ilimitado. Y miré los caracteres de la roca, y habían cambiado; y los caracteres decían: SILENCIO.
Y mis ojos cayeron sobre el rostro de aquel hombre, y su rostro estaba pálido. Y bruscamente alzó la cabeza, que apoyaba en la mano y, poniéndose de pie en la roca, escuchó. Pero no se oía ninguna voz en todo el vasto desierto ilimitado, y los caracteres sobre la roca decían: SILENCIO. Y el hombre se estremeció y, desviando el rostro, huyó a toda carrera, al punto que cesé de verlo.
Pues bien, hay muy hermosos relatos en los libros de los Magos, en los melancólicos libros de los Magos, encuadernados en hierro. Allí, digo, hay admirables historias del cielo y de la tierra, y del potente mar, y de los Genios que gobiernan el mar, y la tierra, y el majestuoso cielo. También había mucho saber en las palabras que pronunciaban las Sibilas, y santas, santas cosas fueron oídas antaño por las sombrías hojas que temblaban en torno a Dodona. Pero, tan cierto como que Alá vive, digo que la fábula que me contó el Demonio, que se sentaba a mi lado a la sombra de la tumba, es la más asombrosa de todas. Y cuando
el Demonio concluyó su historia, se dejó caer, en la cavidad de la tumba y rió. Y yo no pude reírme con él, y me maldijo porque no reía. Y el lince que eternamente mora en la tumba salió de ella y se tendió a los pies del Demonio, y lo miró fijamente a la cara.

Edgar Allan Poe

Sombra

Sí, aunque marcho por el valle de la Sombra.
(Salmo de David, XXIII)



Vosotros los que leéis aún estáis entre los vivos; pero yo, el que escribe, habré entrado hace mucho en la región de las sombras. Pues en verdad ocurrirán muchas cosas, y se sabrán cosas secretas, y pasarán muchos siglos antes de que los hombres vean este escrito. Y, cuando lo hayan visto, habrá quienes no crean en él, y otros dudarán, mas unos pocos habrá que encuentren razones para meditar frente a los caracteres aquí grabados con un estilo de hierro.
El año había sido un año de terror y de sentimientos más intensos que el terror, para los cuales no hay nombre sobre la tierra. Pues habían ocurrido muchos prodigios y señales, y a lo lejos y en todas partes, sobre el mar y la tierra, se cernían las negras alas de la peste. Para aquellos versados en la ciencia de las estrellas, los cielos revelaban una faz siniestra; y para mí, el griego Oinos, entre otros, era evidente que ya había llegado la alternación de aquel año 794, en el cual, a la entrada de Aries, el planeta Júpiter queda en conjunción con el anillo rojo del terrible Saturno. Si mucho no me equivoco, el especial espíritu del cielo no sólo se manifestaba en el globo físico de la tierra, sino en las almas, en la imaginación y en las meditaciones de la humanidad.
En una sombría ciudad llamada Ptolemáis, en un noble palacio, nos hallábamos una noche siete de nosotros frente a los frascos del rojo vino de Chíos. Y no había otra entrada a nuestra cámara que una alta puerta de bronce; y aquella puerta había sido fundida por el artesano Corinnos, y, por ser de raro mérito, se la aseguraba desde dentro. En el sombrío aposento, negras colgaduras alejaban de nuestra vista la luna, las cárdenas estrellas y las desiertas calles; pero el presagio y el recuerdo del Mal no podían ser excluidos. Estábamos rodeados por cosas que no logro explicar distintamente; cosas materiales y espirituales, la pesadez de la atmósfera, un sentimiento de sofocación, de ansiedad; y por, sobre todo, ese terrible estado de la existencia que alcanzan los seres nerviosos cuando los sentidos están agudamente vivos y despiertos, mientras las facultades yacen amodorradas. Un peso muerto nos agobiaba. Caía sobre los cuerpos, los muebles, los vasos en que bebíamos; todo lo que nos rodeaba cedía a la depresión y se hundía; todo menos las llamas de las siete lámparas de hierro que iluminaban nuestra orgía. Alzándose en altas y esbeltas líneas de luz, continuaban ardiendo, pálidas e inmóviles; y en el espejo que su brillo engendraba en la redonda mesa de ébano a la cual nos sentábamos, cada uno veía la palidez de su propio rostro y el inquieto resplandor en las abatidas miradas de sus compañeros. Y, sin embargo, reíamos y nos alegrábamos a nuestro modo —lleno de histeria—, y cantábamos las canciones de Anacreonte —llenas de locura—, y bebíamos copiosamente, aunque el purpúreo vino nos recordaba la sangre. Porque en aquella cámara había otro de nosotros en la persona del joven Zoilo. Muerto y amortajado yacía tendido cuan largo era, genio y demonio de la escena. ¡Ay, no participaba de nuestro regocijo! Pero su rostro, convulsionado por la plaga, y sus ojos, donde la muerte sólo había apagado a medias el
fuego de la pestilencia, parecían interesarse en nuestra alegría, como quizá los muertos se interesan en la alegría de los que van a morir. Mas aunque yo, Oinos, sentía que los ojos del muerto estaban fijos en mí, me obligaba a no percibir la amargura de su expresión, y mientras contemplaba fijamente las profundidades del espejo de ébano, cantaba en voz alta y sonora las canciones del hijo de Teos.
Poco a poco, sin embargo, mis canciones fueron callando y sus ecos, perdiéndose entre las tenebrosas colgaduras de la cámara, se debilitaron hasta volverse inaudibles y se apagaron del todo. Y he aquí que de aquellas tenebrosas colgaduras, donde se perdían los sonidos de la canción, se desprendió una profunda e indefinida sombra, una sombra como la que la luna, cuando está baja, podría extraer del cuerpo de un hombre; pero ésta no era la sombra de un hombre o de un dios, ni de ninguna cosa familiar. Y, después de temblar un instante, entre las colgaduras del aposento, quedó, por fin, a plena vista sobre la superficie de la puerta de bronce. Mas la sombra era vaga e informe, indefinida, y no era la sombra de un hombre o de un dios, ni un dios de Grecia, ni un dios de Caldea, ni un dios egipcio. Y la sombra se detuvo en la entrada de bronce, bajo el arco del entablamento de la puerta, y sin moverse, sin decir una palabra, permaneció inmóvil. Y la puerta donde estaba la sombra, si recuerdo bien, se alzaba frente a los pies del joven Zoilo amortajado. Mas nosotros, los siete allí congregados, al ver cómo la sombra avanzaba desde las colgaduras, no nos atrevimos a contemplarla de lleno, sino que bajamos los ojos y miramos fijamente las profundidades del espejo de ébano. Y al final yo, Oinos, hablando en voz muy baja, pregunté a la sombra cuál era su morada y su nombre. Y la sombra contestó: «Yo soy SOMBRA, y mi morada está al lado de las catacumbas de Ptolemáis, y cerca de las oscuras planicies de Clíseo, que bordean el impuro canal de Caronte.»
Y entonces los siete nos levantamos llenos de horror y permanecimos de pie temblando, estremecidos, pálidos; porque el tono de la voz de la sombra no era el tono de un solo ser, sino el de una multitud de seres, y, variando en sus cadencias de una sílaba a otra, penetraba oscuramente en nuestros oídos con los acentos familiares y harto recordados de mil y mil amigos muertos.


Edgar Allan Poe

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